Aunque no se ha acabado el problema, es obvio que la situación respecto a la Covid ha mejorado, si la comparamos con el curso pasado. Y la mayor aportación a la lucha contra la pandemia ha sido la generalización de la vacunación entre amplios sectores de la población.
A principios de septiembre, las autoridades marroquíes anunciaban el aplazamiento del inicio del curso hasta el 1 de octubre, para poder vacunar a la población escolar y minimizar, de esta forma, el riesgo de incidentes y cierres de aula. La vacuna no se planteaba como obligatoria, pero sí altamente recomendable. El centro hizo las gestiones para informar al alumnado y las familias, a través de la web y con mensajes personalizados.
Hemos empezado el curso, y nos ha sorprendido que una fracción importante del alumnado de Secundaria no se haya vacunado.
Este hecho es inadmisible. Debemos vacunarnos, para seguir el curso con
la máxima normalidad posible. Y, más
allá, por nuestra salud y en beneficio de la salud pública. Es un gesto de generosidad, nuestra pequeña
contribución a la solución del problema.
Si dificultamos la propagación de la epidemia, evitaremos muertes entre
los colectivos más vulnerables.
En internet y las redes, vamos a encontrar
opiniones contradictorias, noticias en un sentido y en otro. No debemos creer todo lo que nos llegue. Pero sí hemos de confiar en nuestras
autoridades sanitarias que, sin duda, tomarán las mejores decisiones para el
bienestar general. Negar el problema no
nos acerca a la solución, lo perpetúa.
Si no nos hemos vacunado en septiembre, ¿para qué se suspendieron las
clases?
Si todos estos argumentos a favor de la
vacunación no son suficientes, la semana pasada nos encontramos, de manera
cruda, con otro.
El curso pasado participamos en la
convocatoria de las “Estancias de inmersión 21/22”. Se trata de un programa de ayudas del
Ministerio de Educación y Formación Profesional, destinado a grupos de alumnos
de 2º ESO, para el desarrollo de un Programa de Inmersión Lingüística en inglés
en España. Durante una semana, el
alumnado comparte un proyecto de práctica oral de la lengua inglesa con otros
centros españoles, en el ambiente motivador de un campo de aprendizaje de la
península. El curso 17/18 participamos
en un programa similar, “Los pueblos abandonados” en Umbralejo.
El Colegio elaboró un proyecto, en contexto científico, y fue seleccionado por el Ministerio (sólo habían dos plazas para los centros del Exterior). Al ser un centro de fuera de la península, además de la estancia gratuita, recibimos una subvención extraordinaria para el desplazamiento. Ya teníamos fecha y destino (del 30 de octubre al 6 de noviembre, en Moixent, Valencia), e iba a participar excepcionalmente todo el alumnado de 1º y 2º de ESO. El programa de actividades era muy atractivo.
La semana pasada, mientras hacíamos los preparativos, descubrimos que la mitad del alumnado no se había vacunado de la Covid. Automáticamente, el Consulado de Nador no daba el visado de estudiante para viajar a España, y se tenía que suspender el viaje. Todo el esfuerzo para elaborar el proyecto, hacer las gestiones… se ha quedado en nada. La mitad del alumnado, que sí se había vacunado, también ha perdido el viaje.
Durante este curso, se pretende recuperar
parte de los viajes de estudios que no se hicieron en 19/20 y 21/21. Posiblemente, si las circunstancias lo
permiten, haya Encuentros Deportivos, Olimpiada Matemática, y Muestra de
Teatro. ¿Te lo vas a perder por no estar
vacunado?
Todavía estás a tiempo de rectificar: ponte
en contacto con tu centro de vacunación en el 0539982301.
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