sábado, 6 de octubre de 2018

Excursión matinal al Monte Palomas


En Calabonita, nos hemos encontrado un total de 16 personas, que es un grupo adecuado para este tipo de excursiones.  Profesores, profesoras, madres, alumnos y alumnas.  Buena representación de Primaria, desde los primeros cursos, y muy poco alumnado de Secundaria.  La fiesta de 4º del viernes a la tarde hizo estragos, y no apetecía demasiado madrugar.


La excursión empezaba con rampas fuertes, por el barrio de Bouyibar.  Hemos aprovechado las sombras para descansar.  El día era soleado y agradable.



De pronto, el tramo urbano se ha acabado, y estábamos en pleno monte.  Remontando un barranco por un sendero tradicional, nos hemos encontrado un rebaño de cabras y ovejas.  Cada vez, la ciudad parecía más lejana entre las colinas.




Descanso en una casa de nueva construcción.  Y almuerzo bien merecido, llevábamos 300 de los 400 metros de subida.  Entre las casas, pasaban campesinas que regresaban del pozo, con el asno cargado de garrafas de agua.





En la última subida, todo eran sorpresas.  Saltamontes gigantes, arañas, nos hemos encontrado una gran tortuga.



Nos hemos animado a subir a las ruinas del fuerte español de las guerras del Rif.  Las vistas en todas direcciones eran espectaculares.  Hemos encontrado inscripciones de los soldados, de 1925.






Hemos pasado junto a las antenas de la cima de Monte Palomas.  Improvisando el camino, y haciendo un poco la cabra, hemos bajado a la pista principal.  Lina era nuestra guía.






La pista era cómoda y espaciosa.  Pero queríamos más emociones.  Nos hemos adentrado en el bosque por unos itinerarios de la futura área de recreo de Bouyibar.  No estaban acabados, pero ha sido curioso bajar por los escalones de madera, con vistas a una casa escondida en el barranco.






El último tramo del sendero no estaba acabado.  Nos hemos ayudado los unos a los otros en el punto delicado.  Hossam lo ha pasado un poco mal por el vértigo, pero lo ha superado.  Ya estábamos de nuevo en las casas de Bouyibar, y hemos podido refrescarnos en una pequeña tienda.



Hemos cruzado la carretera, y nos hemos encontrado con las últimas rampas del día en el barrio de Igher Azzouggagh.  El grupo se iba reduciendo, porque familiares recogían a caminantes y hemos pasado delante de la casa de una de las familias. Qué casualidad.



Buenas vistas de la ciudad, y un sendero bien marcado nos ha llevado de nuevo a Calabonita.




Hemos acabado hacia la 1 y media.   La excursión, pese a ser exigente, no se ha hecho pesada.  El ánimo dentro del grupo ha sido magnífico, y hemos pasado una mañana muy agradable.  Nuestro alumnado más joven ha demostrado que está perfectamente en forma.

El equipo de organización hemos pensado que este curso las excursiones de los sábados la enfocaremos más a los grupos de Primaria.  Parece que hay más interés en participar y nos encanta que vengan familiares a compartir la caminata.  Así, adaptaremos los itinerarios para que sean más asequibles a los alumnos y alumnas más jóvenes.  Seguimos con la idea de hacer una de las excursiones en autobús una vez al trimestre, para poder visitar lugares más alejados de la ciudad.

Esperamos que más familias se animen a compartir con nosotros la mañana del sábado en la excursión de noviembre.  ¡Hasta entonces!


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