martes, 21 de mayo de 2019

Experimentos de Medida en 1º de ESO




Al llegar a la unidad de la Medida, el libro proponía trabajar los cambios de unidad, de longitud, superficie y volumen.  Pero esto era muy mecánico, y no parecía demasiado divertido.  De hecho, ya lo habíamos aprendido en Primaria.  Y además, ¿cuántas veces en la vida íbamos a necesitar pasar de hm3 a cm3…?   La idea era trabajar la Medida desde un punto de vista más vivencial, más significativo para la vida.

Mediante una actividad con nudos en una cuerda, entendimos qué era realmente “medir”: comparar con un patrón o unidad.  Actualmente utilizamos, sobre todo, unidades del Sistema Internacional.  Por ejemplo, el metro se definió mediante parámetros astronómicos: 1/10.000.000 partes de un cuarto de meridiano terrestre.  Hay un patrón en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas de París, que se puede visitar.

     

Pero pudimos comprobar que, para medir, se podía utilizar cualquier unidad.  Nos inventamos algunas para valorar el ancho de la mesa, la longitud de un bolígrafo y la de la clase.   Pasándolas a las unidades habituales, pudimos ver qué equipo había afinado más.


  

Las unidades de medida que salían de manera natural eran las antropomórficas: el palmo, el pié, el paso, la pulgada….   


Algunas de estas unidades se fueron descartando a lo largo de la historia, por no ser demasiado constantes, ni objetivas, ni universales.  Sin embargo, quisimos usarlas para aproximar el metro y el decámetro (10 m).  Así, hicimos un concurso a ver quién era el que mejor aproximaba estas dos distancias, que se usan mucho en la vida cotidiana.  Saber hacer estimaciones razonables de longitudes pequeñas es muy importante (aunque no seamos árbitros de fútbol…).








Paralelamente, fuimos proponiendo referentes para las unidades de medida.  Cada alumno y alumna hizo sus propuestas.  Descartamos algunas, por ser ambiguas o poco cercanas a nosotros, y al final tomamos una decisión por votación.  Democráticamente, decidimos que, para la clase de 1º de ESO:
- el km será la distancia entre la entrada del Colegio y la del Puerto
- el hm será el recorrido que hacemos desde el Salón de Actos a la puerta exterior
- el dm será la mitad del ancho de fachada del edificio principal
- el m será la altura de los contenedores de basura pequeños de Alhucemas
- el dm será la altura de los tubos de pega habituales
- el cm será el diámetro de una chincheta ordinaria
- el mm será el grosor de dos carnets de la Biblioteca
Con estos referentes, asociábamos un objeto cotidiano a cada medida, y las entendíamos mejor.


Finalmente, hicimos otros experimentos de medida de objetos singulares.  Nos permitieron hacer una lista de técnicas para medir longitudes en los casos menos habituales, en que la regla o el metro rígido no son adecuados.  Así, por ejemplo, vimos que los metros flexibles de Ikea sirven para medir longitudes curvas, que agrupar es una buena estrategia para medir longitudes muy pequeñas como el grosos de un folio, o que los programas como GoogleMaps van muy bien para medir distancias largas.


No dejamos de hacer algunos de los cambios de unidad que proponía el libro de texto.  Pero no le dimos el papel central.  En cambio, hicimos actividades más colaborativas y motivadoras, que nos permitieron entender qué es esencialmente medir, qué unidades son adecuadas, qué técnicas de medida son mejores en cada situación…    

Nadie tuvo miedo a equivocarse, porque del error se aprende.  Las clases fueron movidas y ruidosas.  Trabajamos con objetos próximos, en la clase, y en el patio.  Se apartaban de la rutina habitual de otras sesiones.   Pero acabamos con la sensación de que habíamos aprendido cosas que realmente podremos aplicar a nuestra vida cotidiana.

Ahora vamos a empezar otra vez el proceso, pero esta vez con las unidades de superficie.  ¿Qué referente decidiremos pasa el m2, para el km2, para la hectárea…?

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