martes, 16 de marzo de 2010

CUENTO POPULAR DEL RIF





Nassim El-Khattabi de 1º de ESO nos acerca un cuento popular del Rif

Había una vez un pueblo rifeño en el que la gente no sabía hablar ni una palabra de la lengua árabe. Hablaban sólo amazigh. Querían aprender a rezar y necesitaban un imán.
Un amigo de un pueblo vecino les envió un imám que hablaba sólo árabe y no sabía hablar ni una palabra del amazigh.
Cuando fue el momento del rezo, el imán hizo el llamamiento y toda la gente del pueblo acudió. El imán les explicó por gestos que tenían que ponerse en filas detrás de él y repetir todo lo que él decía… y que no importaba si no le entendían… que sólo debían repetir lo que él decía…
Cuando el imám se puso delante de la gente, les pidió una alfombra para poner en el suelo, pero la gente era pobre y no disponían de ninguna alfombra… El imám exigió algo para poner en el suelo y fue entonces cuando uno del pueblo le trajo una vieja puerta de madera abandonada.
Le pusieron dicha puerta en el suelo y el imám se puso encima de ella.
El imám empezó el rezo y dijo: “Dios es grande”
La gente detrás de él repitió: “Dios es grande”,
El imám dijo: “Por favor, Dios, perdóna a estos paganos, que no saben”
La gente detrás de él repitió: “Por favor, Dios, perdóna a estos paganos, que no saben”
El imám dijo: “Por favor, Dios, acepta el rezo de estos paganos”,
La gente detrás de él repitió: “Por favor, Dios, acepta el rezo de estos paganos”,
Cuando el imám se inclinó y se prosternó ante Dios, el peso de su cuerpo hizo que las maderas de la vieja puerta se separasen. El imám puso la frente en el suelo y siguió rezando y dijo: “Por favor, Dios, acepta el rezo de estos paganos”,
La gente del pueblo detrás de él, se inclinó y se prosternó como el imám y repitió: “Por favor, Dios, acepta el rezo de estos paganos”,
Cuando el imám quiso levantarse, resultó que su nariz había quedado atrapada entre dos maderas de la puerta, y dijo: “¡Se me atrapó la nariz!”
La gente detrás de él repitió: “¡Se me atrapó la nariz!”
El imám dijo: “Ahora hablo en serio: ¡se me atrapó la nariz!”
La gente detrás de él repitió: “Ahora hablo en serio: ¡se me atrapó la nariz!”
El imám dijo: “¡Por favor, ayudadme, que no puedo sacar mi nariz!”
La gente detrás de él repitió: “¡Por favor, ayudadme, que no puedo sacar mi nariz!”
El imám dijo gritando: “¡Sois unos inútiles!, ¡no me entendéis nada!, ¡ayudadmeee, que se me atrapó la nariz!”…
La pobre gente inocente repitió tras él: “¡Sois unos inútiles!, ¡no me entendéis nada!, ¡ayudadmeee, que se me atrapó la nariz!”…
El imám se convenció de que la gente no le entendía nada y decidió sacar la nariz por su cuenta, empujó las maderas de la puerta con sus manos y tiró de su cabeza hacia atrás, eso le causó tanto dolor que gritó: “Ayyyyy”
La gente detrás de él repitió el grito: “Ayyyy”…
El imám se puso de pie y les miró a todos ellos que seguían prosternados en el suelo y dijo: “¡He visto de todo en mi vida, pero nunca gente tan estúpida como vosotros!”…
La gente también repitió: “¡He visto de todo en mi vida, pero nunca gente tan estúpida como vosotros!”…
El imám les dejó en tal estado y se fue corriendo… montó en su caballo y abandonó el pueblo…
Tras esto, un hombre de los que estaban en la primera fila, ¡algo más listo que el resto!, sintió los pasos de alguien alejándose deprisa, levantó la cabeza y observó que el imám ya no estaba y se levantó diciendo a su gente: “El imám se ha levantado y se ha ido corriendo, tal vez eso también forma parte del rezo…”
Todas las personas presentes se levantaron y se fueron corriendo tras el imám…, pero cuando vieron que éste había ido con su caballo y la gente se sintió cansada de seguirle, supieron que no se trataba de ningún rezo, más bien, se trataba de algo mal que hicieron ellos y que causó la huida del imám. Entonces decidieron parar y discutir sobre lo que le podría haber ocurrido al imám.
En ese momento alguien les llamó desde el lugar donde empezaron el rezo. Volvieron allí y vieron que sobre la vieja puerta había mucha sangre y un trozo de la nariz del imám y eso les hizo entender que lo que decía el imám no era sólo del rezo, sino gritos de dolor.
Y desde aquel entonces la gente empezó a mandar sus hijos a la escuela para aprender idiomas y evitar que ocurriese algo igual a sus hijos en el futuro…
Colorín colorado este cuento aún no se ha acabado, porque todavía existen muchos pueblos en el Rif que no saben nada de árabe.

1 comentario:

  1. Azul Nassim!

    Muchas gracias por haber compartido un trocito de la hermosa cultura Amazigh con nosotros. Además, has contado el cuento muy bien.

    Espero que tú y tus compañeras y compañeros sigáis mostrándonos más historias y cuentos de la cultura Amazigh y así tengamos la oportunidad de conocer vuestro pueblo un poquito mejor.

    Un fuerte abrazo desde el País Vasco y mucho ánimo para continuar con esta actividad tan interesante,

    Agur,
    Iñaki

    ResponderEliminar