Tan solo tres días y fue un auténtico viaje en el tiempo y en el espacio. Vivimos en una ciudad de hace dos mil años, paseamos por un burgo medieval con sus callejas estrechas, nos sentimos dueños de un imperio desde su capital, visitando el mausoleo de su fundador, y disfrutamos de los espectaculares bulevares que los europeos construyeron en nuestro país cuando hace cien años añoraban París.
Fue un pequeño viaje pero muy
intenso. Meknés, Volúbilis, Fez. Salir de Alhucemas, atrevernos a dejar la seguridad
de nuestros hogares, dormir fuera de casa por primera vez en nuestra ya larga
vida, descubrir el mundo y descubrirnos a nosotros mismos. Todo mezclado. Por eso fue tan intenso. Y al final la sensación de que fue demasiado
corto. Y la alegría de lo bien que lo pasamos viajando, conociendo,
aprendiendo, disfrutando de nuestro compañerismo. Dispuestos a que en el año que viene hagamos
otro viaje más largo, pero igual de intenso y divertido.
Alumnado de 1º de Eso, Ángela Soriano y Miguel Tato
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