Esta vez, frente
al aparcamiento de “Marjane”, nos hemos encontrado unas 35 personas. Otros alumnos y alumnas habían anunciado su
presencia, pero se rumorea que se les pegaron las sábanas al cuerpo. Quizás la fiesta de 4º de ESO del viernes
tarde tuvo algo que ver.
Aclaramos que “Marjane”
no patrocinaba la excursión. Sólo era un
punto de la ciudad donde quedar.
Dentro del grupo, intercambios generacionales.
En la
excursión, no sólo queríamos hacer ejercicio fuera del aula. También se pretendía interpretar el entorno y
debatir sobre lo que está pasando en la ciudad.
En la primera
parte del recorrido, se podía ver los desastres urbanísticos y especulativos
de los alrededores.
Por fin salimos del asfalto. Empezamos a vivir la paz espiritual propia de los entornos rurales.
Empieza la
bajada al torrente de Khandaq, y la parte de aventura de la excursión.
En la 2ª fuente
del recorrido, ya en el lecho del torrente, momento para reponer fuerzas y foto
de grupo
Bajando por
el igher, entre charcos de agua y juncos, nos hemos encontrado a Karim, un
pastor que ha pasado 66 años trabajando
en el valle. Se mostraba muy contento de ver gente joven
por el torrente. Ha sido muy bonito escuchar anécdotas de su
vida, traducidas por nuestro equipo de traductores rifeños.
Con un final
refrescante, nos despedimos hasta la excursión de noviembre.
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