Era lo que se palpaba el pasado lunes 12 de febrero en el
salón de actos del Jovellanos. El alumnado abandonó las aulas por unas horas y
cambió pupitres, libros y bolígrafos, por cartulinas en blanco, sprays y
plantillas de acetato… El salón de actos se convirtió en un espacio para la
particip-acción.
La creatividad entró por la puerta de mano de Zarva Barroso, dibujante de cómic gaditano comprometido con la sociedad en la que vive, o como él prefiere definirse: artivista. Optimista, inconformista y feminista, cree y crea arte como herramienta de transformación social y de empoderamiento, como demuestra a lo largo de toda su trayectoria artística.
En este caso, nos ha acercado a Alhucemas su “Proyecto
Identidades”, que comenzó hace unos meses en tierras del Quijote y que seguirá
su camino hacia otros lares, transformándose en este proceso, creciendo y
enriqueciéndose, como proyecto abierto y participativo que es.
El alumnado de 4º de ESO, 1º y 2º de bachillerato y el
afortunado grupo de 1º de ESO, fueron las/os encargadas/os de darle forma en
Alhucemas. La propuesta de Zarva era acercar el arte urbano al alumnado, a
través del graffiti, mediante la técnica del stencil (plantillas). Esta técnica
es conocida por ser utilizada por Banksy, enigmático graffitero del que se
desconoce su identidad, pero cuyas obras de reivindicación social son
mundialmente conocidas. Y precisamente sobre identidades versaba el taller:
¿qué es ser “hombre”? ¿qué es ser “mujer”? ¿de qué manera expresamos nuestra
identidad? ¿es estática? ¿es única? ¿cuántas caras tiene? ¿cuál es nuestra
forma de habitar el mundo?
Para reflexionar sobre estas y otras cuestiones identitarias,
Zarva apostó por un trabajo en parejas, mixtas siempre que fue posible, y
propuso al alumnado ponerse en la piel del otro a través de la creación de un
personaje del sexo opuesto. Estas eran las premisas e intenciones iniciales,
pero como proyecto dinámico que es, adquirió su carácter propio en Alhucemas,
como refleja el trabajo realizado por el alumnado.
Si al principio se respiraba algo de caos y nerviosismo,
impaciencia y duda, poco a poco, el alumnado fue sintiéndose autónomo y libre
para construir una amplia gama de identidades: ninguna igual a otra. Los
retratos, concebidos inicialmente para ser elaborados por una persona con el
apoyo de otra, resultaron ser, en la mayoría de los casos, fruto de una
cooperación entre ambos componentes del equipo. Las preguntas iniciales sobre
cuál era la silueta de “hombre” y cuál la de “mujer”, se fueron disipando y evolucionaron
a una creatividad sin corset: el pelo corto “se puso de moda” entre las
mujeres, los pendientes se utilizaban indistintamente y el color de la ropa
empleado no definía al personaje. En definitiva, el alumnado jugó, con gran
entusiasmo e iniciativa, su papel protagonista en el taller, disfrutando del
placer de crear sin límites y dejando una huella que nos retrata como una
sociedad diversa, rica y en continua transformación.
Agradecemos a Zarva y a Omar su entusiasmo e implicación con
este taller desde el minuto cero y esperamos que este sea solo el principio de
una gran...¡crea-ctividad! :)
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