El día 2 de febrero, como ya viene siendo habitual en
nuestro colegio, celebramos la Candelaria y con ella recordamos una antigua
tradición celta en la que al final del invierno, antes de la siembra, se iba al
campo con antorchas y se pedía a los dioses una buena cosecha.
En nuestros días, la crêpe (redonda y dorada como el sol)
representa el regreso de la primavera tras el frío invierno.
Los niños, ayudados por sus familias, traen las exquisitas
crêpes y en clase nos encargamos de dar buena cuenta de ellas.
Para hacer las crêpes se necesita harina, huevos y leche. Se
mezcla todo y luego se doran en una sartén con un poco de aceite o de
mantequilla. En el cole nos permitimos comerlas con azúcar moreno de caña,
chocolate, mermeladas u otros ingredientes.
También forma parte de la tradición el voltear la crêpe con
la mano derecha sujetando en la izquierda una moneda de oro (como no tenemos
ninguna, hemos utilizado un anillo). Si nos sale bien, estaremos contentos y
felices durante todo el año.
Todo el alumnado se ha mostrado muy diestro en el volteo de
las crêpes lo que nos augura un curso lleno de satisfacciones. A destacar
también el apetito y el buen humor reinante.
Desde esta página, agradecer a todas las familias su
colaboración.
Recordemos que aprender una lengua sin impregnarnos de su
cultura, es quedarnos a medias.
Bon appétit!
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