En la
primera sesión, aunque fuimos poquitos, pasamos un rato muy agradable.
Comenzamos conversando sobre nuestra "raíz": la experiencia de cada
uno/a en relación al huerto y la de nuestros familiares, ésta será la que nos
"sujete" a la tierra y nos "alimente" en este proceso.
Después, reflexionamos sobre aquello que necesitaremos para poner en marcha
nuestro huerto y cómo lo llevaremos a cabo, poco a poco, formando un
"tronco" que irá creciendo y haciéndose fuerte (algunos no olvidaron
que el "amor" es fundamental en este camino). Finalmente,
proyectamos, en una hermosa "copa", aquello que queremos conseguir a
lo largo del taller que, además de verduras y hortalizas, es aprender muchas
cosas nuevas y disfrutar juntos/as.
En la
segunda sesión, el grupo creció. Las ganas y la ilusión por comenzar el huerto
estaban a flor de piel. Tanto que ¡casi faltaron herramientas para tantas
manos! Comenzamos por desbrozar y remover la tierra de la que será nuestra
primera parcela de cultivo. Trabajamos juntos/as, reímos y ¡hasta salió a
saludarnos alguna lombriz amiga! Nuestro primer cultivo serán habas, cuyas
semillas pusimos a remojo para plantarlas al día siguiente. También habrá
espacio en nuestro huerto para plantas aromáticas y medicinales, como la salvia
y el aloe vera, que ya han llegado...¡y esperamos que para quedarse!
El taller
del Huerto escolar lo conduce María, la profesora de Biología y Geología. Parece que aprenden y se lo pasan muy bien. Estamos todos esperando que salgan las
primeras habas y podamos hacer nuestra propia crema. Humm, se me hace la boca agua…
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