Pues sí, la
excursión tantas veces anunciada (desde octubre) se convirtió en realidad este
domingo. Era la que hacía 9 del ciclo de
salidas de conocimiento del entorno que empezamos en septiembre.
Había dos
novedades. La primera, que íbamos a
hacer la aproximación hasta Torres de Alcalá en autobús, facilitado por el
Ayuntamiento (desde aquí nuestro agradecimiento). La segunda novedad fue planear la excursión en
domingo, en lugar del sábado como había sido habitual durante el curso. La razón para este cambio era dar la
posibilidad de acudir a nuestro alumnado de 4º, que había regresado del viaje
de fin de curso a Barcelona en la tarde del sábado. En el fondo, lo que queríamos era conocer de
primera mano las anécdotas y cotilleos del viaje.
No nos
defraudó el alumnado de 4º, que era mayoría en el grupo. En total, 16 alumnos y alumnas,
representantes de casi todos los cursos entre 5º de Primaria y 2º de
Bachillerato. Un grupo muy variado de
alumnado, completado por 8 adultos entre profesores y amigos del Colegio. Ah, y Hugo, el cánido colectivizado por la
Comunidad Educativa del Jovellanos, que ya empieza a crear leyenda en la ciudad
de Alhucemas.
Nos hemos
encajado como hemos podido en el bus, cuyos asientos estaban más bien pensados
para alumnado de primeros cursos de Primaria que para adolescentes en la última
fase del estirón. Pero esta proximidad
física ha propiciado la broma y el buen rollo durante el trayecto de 50 km por
el Parque Nacional de Alhucemas. Nos
escoltaba el coche de Siham, donde la delegación oficial iba dando las
explicaciones pertinentes en los controles policiales. La carretera de Torres estaba en obras y hemos
tragado algo de polvo al llegar.
Llegada a
Torres de Alcalá sin novedad, y hemos empezado a caminar hacia las 11. El primer tramo de la excursión era de subida
fuerte.
Pero pronto
hemos ganado altura, y las vistas eran espectaculares. En primer plano, el pueblo de Torres, con las
ruinas de las fortificaciones portuguesas recientemente restauradas. En el fondo, la playa, un mar azul turquesa y los acantilados de esta zona de la costa.
El resto del
itinerario era una pista muy agradable, más o menos llana. Se
prestaba a la conversación distendida en pequeños grupos.
Poco a poco,
nos hemos aproximado a Bades. Lo primero
que aparecía era el peñón de Vélez de la Gomera, con sus instalaciones
militares. Foto de postal.
Bajada pronunciada
a la preciosa playa de Bades. Estaba muy
animada, pues había grupos de otros colegios. El mar atraía, pero el grupo ha decidido que
la prioridad era comer. Lo primero es lo
primero.
Y llegó el
momento del chapuzón. Hemos disfrutado
un buen rato en el agua. Algún
alumno parecía más cómodo dentro que fuera. Otro se había sumergido con el impreso de
permiso familiar para participar en la excursión (símbolo de la poca seriedad
que tiene nuestro alumnado con el papeleo y los trámites…).
Pero todo lo
bueno se acaba, y era hora de volver.
Hemos recogido el campamento, hemos comprado chucherías en la única
tienda del pueblo, y hemos afrontado la subida pronunciada con el mejor humor.
Había que
deshacer el camino. El sol pegaba
fuerte, y nos hemos protegido como hemos podido. Fijaos en la última imagen: ¿son dos
excursionistas en pleno esfuerzo o dos turistas “fashion” paseando por la
Rambla de Barcelona?
Bajada hasta
Torres, y la excursión había acabado. Rassemblement général. Eran pasadas las 3, y había que volver
a Alhucemas antes de que empezaran las sevillanas. Contentos por los momentos compartidos, nos
hemos vuelto a encajar en el bus, para compartir más juntos si cabe los últimos minutos de la excursión.
Hemos llegado sin novedad a Alhucemas pasadas las 5.
Para la
última excursión del ciclo, el sábado 23 de junio, hemos pensado hacer algo
diferente. Ya habrán acabado las clases,
y nos gustaría hacer una jornada de convivencia en la playa. Una vez descartada la idea de ir a Boussekour
(parece que este año no hay intención de abrir la playa), pensamos que un buen
lugar sería la de Thala Youssef. La idea
sería encontrarnos en la playa durante la mañana, y pasar allí el día
bañándonos, jugando, cantando, comiendo…
Sin horarios, sin permisos, y simplemente con la intención de celebrar
justos, de manera relajada, el fin del curso.
Nos encantaría que acudiera alumnado, profesorado, y muchas familias. Cada cual de la manera que quiera, por sus medios. Como dice la canción, nos encontraremos en
Thala Youssef “caminando, en bicicleta o autostop”.
Os lo confirmaremos cuando se acerque la
fecha. ¡Hasta entonces!
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