Nunca hubo una muerte tan anunciada, se dice en el juicio que se siguió contra los hermanos Vicario, y, sin embargo nadie pudo, o nadie quiso, evitarla. También las lectoras y lectores sabemos desde la primera línea de la novela lo que va a pasar: El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo". Conocemos desde el principio el fatal desenlace y asistimos a él impotentes. Y, sin embargo, continuamos leyendo. ¿Por qué? ¿Nos mueve la curiosidad por los detalles? ¿Aguardamos, acaso, saber si, por lo menos, Santiago es culpable de lo que se acusa? ¿A quién encubre Ángela Vicario?
Nos hemos planteado estos y otros interrogantes y los hemos resuelto combinado alegremente la realidad de los hechos con nuestros deseos. Hemos reflexionado acerca del triste papel reservado a las mujeres, que cargan sobre sus espaldas la causa de la deshonra familiar, pero también hemos coincidido en condenar el sinsentido del restablecimiento de la honra con sangre.
En fin, como siempre, hemos pasado un momento muy agradable en torno a la lengua española.
Coordinaron la sesión las profesoras Da. Mar González y Da. Sara López.
Celebraremos la próxima sesión el miércoles 9 de mayo. Esperamos a todas y todos los que se quieran unir a nosotros compartiendo Un viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda.
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